lunes, 23 de abril de 2018









El Caribe Sensual es...
...un lugar mítico de mi geografia sentimental.
No tiene una localización precisa en el mapa. Nace en un lugar de la costa tropical de Venezuela, pasa por Colombia, Brasil, se remansa en Montevideo, importante centro caribeño sensual, rodea Sudamérica por la zona Austral, para llegar a la Lima de mis querencias

 









 














Es espléndida la vista y las sensaciones del Caribe Sensual
desde la atalaya peruana  




















Allí toma dirección a México, que baña por los dos costados.
En México, las corrientes del Caribe Sensual crean multitud de microclimas sentimentales, que te atrapan en su espiral.

  











 
                            







Como una cinta de Moebius, el Caribe Sensual abraza todo el globo, parece terminar en el litoral mediterráneo, junto a Barcelona, pero sigue hasta enlazar con su origen venezolano. 





































En el Caribe Sensual se navega por los impulsos del corazón, ayudados de emociones, sensaciones y afectos. Su dimensión es la fantasía. Las coordenadas las marca la amistad y el amor. La temperatura de sus aguas la determina el deseo, que crea una atmósfera cálida de bienestar, de pereza distendida que se extiende por los poros de la piel, de estremecimientos del sexo.














El Caribe Sensual es una melodía de colores con sabor a semen, entre salobre y dulce. Su hora cumbre es la de la siesta, cuando la luz es mas intensa, el calor acaricia el cuerpo, mecido en el chinchorro (la hamaca venezolana. Estalla la imaginación voladora hacia una comunión con otros cuerpos, se proyecta en los otros. 


 

























 




 Aunque es al atardecer cuando te examinas de amor en su playa...






Entonces el marco sentimental y afectivo deviene el Karibe Xenxual...











 
KARFU, Karibe Sensual



En tu Libro de Pinturas




 






Lo he llamado Juli




























Oración en Puebla: deseo de enamorarme









Oración en Puebla 
 




Maravillas te pido ¡oh Señor! las maravillas
de sentirme otra vez puro pendejo,
quinceañero del alma enamorada,
torturado de anhelo, con la mirada lejos
concentrada en un punto de sol, deslumbrado de luz,
enfebrecido de pulsiones y erecciones, jadeante,
en la luna posado siempre llena,
ni menguante ni creciente, sólo llena
de cómplices suspiros por mi amante.

Maravillas, Señor, de quince años en sesenta
contraídos,
                   densos,
                                   plenos,
inolvidables sesenta años reversibles, achicados,
revividos los quince
¡qué maravilla!
Sólo te pido volver a sonreír tan bobamente,
tanto candor e ingenuidad, tanta canela y jazmín,
tanta fragancia
como en aquel verano sesenta y quince años,
cuando el corazón palpitaba acelerado,
el aire saturaba mi piel de caramelo
y todo era canción, presente y luego en uno,
uno, no dos,
laurel de Indias de Oaxaca en Barcelona,
enraizado en el cielo que es de nadie
y cobijando a todos con su sombra.

Maravillas de amor cocuyo chispeante,
Señor de Maravillas,
sólo eso otra vez, otro milagro.


29 de marzo de 2002
día de lluvia y solo,
el mar y el alma embravecidos.
Karfu